el Govern francès segueix expulsant a conciutadans europeus
El tracte que dóna França als rom, els gitanos nòmades procedents de l’Est d’Europa –fonamentalment, de Bulgària i Romania–, ha tornat a tensar les relacions entre París i Brussel·les. El portaveu de la Comissió Europea, Olivier Baily, va amenaçar ahir l’Estat francès amb la imposició de sancions si no respecta el dret a la lliure circulació dels membres d’aquesta comunitat, que són ciutadans europeus com els altres. “Si els tractats no es compleixen, la Comissió utilitzarà tots els mitjans a la seva disposició”, va advertir. No és la primera vegada que les amenaces han volat de Brussel·les a París pel problema dels rom, ja va passar una cosa semblant el 2010. La diferència és que llavors Nicolas Sarkozy era a l’Elisi i avui hi és el socialista François Hollande.
L’espurna que ha desencadenat aquest nou brot de tensió són unes declaracions fetes en evident clau electoral –d’aquí sis mesos se celebraran a França eleccions municipals– pel ministre de l’Interior, Manuel Valls, que va afirmar que la majoria dels rom no són integrables en la societat francesa perquè no aspiren a integrar-s’hi, i que la seva destinació ha de ser tornar als seus països d’origen...
Manuel Valls, fort en la seva posició, es va reafirmar ahir en les seves opinions. Però si la duresa amb què va expressar el seu parer sobre el tema és inèdita, respon exactament a la pràctica que el Ministeri de l’Interior –amb l’aval del primer ministre i del president de la República– aplica amb mà ferma des que va assumir el càrrec, la primavera del 2012. I que no és cap altra que la política que ja aplicava Nicolas Sarkozy...
El problema dels assentaments il·legals de gitanos procedents de l’Est, més coneguts com a rom, ha començat a col·locar-se en el centre de la precampanya de les eleccions municipals, convocades per al mes de març del 2014. La dreta ha abraçat aquest assumpte com un tema de campanya i fins i tot els més moderats, com la candidata conservadora a l’alcaldia de París, Nathalie Kosciusko-Morizet –que passa per tenir una sensibilitat centrista–, ha recorregut a aquesta qüestió, arribant a dir que els rom “assetgen” els parisencs, i a proposar mesures contra la mendicitat agressiva. Les declaracions de Manuel Valls, que tendeixen a confirmar la línia de fermesa del Govern en aquest afer, s’han d’entendre en aquest context. Es calcula que a França hi ha uns 20.000 rom. Segons Amnistia Internacional, el 2012 en van ser expulsats 11.982, i només en la primera meitat d’aquest any van ser 10.174.
26-IX-13, Ll. Uría, lavanguardia
El Gobierno francés convierte a los gitanos en mercancía electoral
Desgraciadamente el Gobierno francés está haciendo lo mismo que anteriormente han hecho otros: Tratar de pescar votos en los caladeros tradicionales que han sido y siguen siendo feudo de la extrema derecha o de aquellos grupos menos tolerantes que han hecho de su confesión nacionalista el credo superior ante el que se deben rendir todas las ideologías.
Así, decir a los franceses que los miembros de otras culturas minoritarias ponen en peligro la identidad “superior” de la cultura francesa es tanto como llamar al arrebato a las huestes de Le Pen y a quienes creen que la “grandeur” pasa por la separación, o la expulsión, de todos aquellos que pudieran ser un peligro de contaminación. El ministro del interior frances, hijo de padres españoles, ha dicho que la integración de los gitanos en Francia es sumamente difícil “porque sus modos de vida son extremadamente distintos de los nuestros y chocan con nuestra cultura”.
Algunos creíamos que con Françoise Hollande en la presidencia del Gobierno las cosas cambiarían, pero ya vemos que no ha sido así. Y mientras Sarkozi se frota las manos de alegría, el gobierno francés ya ha deportado en los seis primeros meses de este año a más de 10.000 gitanos, mujeres niños y anúncianos. Esta es una cifra record han afirmado los representantes de Amnistía Internacional. Cifra que ni siquiera fue superada por el denostado Sarkozi.
Pero Manuel Valls es como el rayo que no cesa. Y a él debe gustarle porque ya es el ministro más popular de Francia. En los tiempos que corren los racistas de siempre se deben sentir muy reconfortados cuando el ministro francés asocia a la minoría gitana con la delincuencia y la mendicidad. Cosa intolerable, incluso para algunos compañeros suyos ministros como él. El ministro de Industria. Arnaud Montebourg, consideró que las declaraciones de Valls fueron "excesivas" y que debían ser "corregidas". Pero el titular de Interior respondió a su colega de gabinete que "no hay nada que corregir" y que sus declaraciones "sólo molestan a los que no conocen el asunto". Lo mismo que dicen en España algunos que luego escriben en los periódicos o hablan por las emisoras de radio.
Y después de decir esto debió mirar en el zurrón electoral de su partido para comprobar que habían entrado unos cuantos miles de votos más, los mismos que había perdido el Frente Nacional de Le Pen que es el verdadero y genuino lider del racismo en Europa desde la finalización de La II Guerra Mundial.
Hoy sufrimos por nuestros hermanos rumanos y búlgaros y nos desesperanzamos cuando vemos que ni con unos ni con otros tienen nuestros males remedio. A los gobernantes de la derecha conservadora de Sarkozi le ganamos la batalla porque logramos que todo el mundo se les echara encima criticando aquellas deportaciones. La Iglesia, las Instituciones Internacionales, la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y el mundo de la cultura hizo piña con nosotros y la cosa no fue a más. Luego el señor Sarkozi perdió las elecciones. No podía ser de otra forma cuando quienes votaban eran los herederos de la revolución de 1789 que hizo posible la instauración en el mundo civilizado de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.
Pero ahora la decepción nos la está causando François Hollande. Creíamos que con él las cosas cambiarían. El lo prometió durante su campaña electoral dando así una muestra inequívoca de valentía y coherencia con los principios que supuestamente su partido debería defender. Pero ha tenido la desgracia de cruzarse en su camino con Manuel Valls quien, siguiendo los pasos de Sarkozi que fue ministro del Interior antes que presidente del Gobierno, seguramente querrá seguir la misma carrera política y desbancar a Hollande del Palacio del Eliseo para colocarse él.
Viviane Reding, la comisaria europea de Justicia, lo ha manifestado con absoluta claridad: "Existen unas reglas europeas, firmadas por Francia, de libre circulación de ciudadanos europeos. Y no son gitanos, son individuos. Solo una decisión de la justicia puede permitir su evacuación si han hecho algo que va contra las leyes del Estado".
Sarkozi perdió las elecciones y Hollande las perderá también si no rectifica. Salvo que todos nos hayamos vuelto locos y pretendamos convivir en un mundo salvaje donde el Estado de Derecho desaparezca, donde no se respeten las leyes, donde se gobierne a golpe de manifestaciones más o menos multitudinarias y donde las sentencias de los tribunales que no sean de nuestro agrado no se cumplan. Y por desgracia, cuando suceden estas cosas, cuando se impone la fuerza de la masa frente a la fragilidad de las leyes, los que salen perdiendo siempre son los mismos: los más pobres, los más débiles, los más indefensos.
Juan de Dios Ramírez-Heredia
Abogado
Presidente de Unión Romani