> "A ver si lo entiendo", José-Ulpiano Pérez Cervantes <

Manolo, albañil de Inmobiliaria Meforro, SL en plena burbuja inmobiliaria, compra un piso de su empresa. Se lo financia Bankifraude, antes Caja Osomadroño, que le da la hipoteca y empieza a pagar. Su empresa vende toda la promoción y gana mucho dinero e inicia otras, siempre financiadas por el mismo banco que también gana mucho. Llega la explosión de la burbuja del ladrillo, por la avaricia de promotores y bancos, y la colaboración de ayuntamientos que especulan con el suelo, de donde salen beneficiados algunos alcaldes y concejales corruptos. La empresa de Manolo quiebra, devuelve las promociones en marcha y queda en paz con el banco. Manolo queda en paro mientras el dueño de su empresa, al que él ayudó a enriquecerse, se va forrado a su casa. El albañil no puede pagar la hipoteca y el banco que se la dio lo desahucia y lo deja en la calle y con una deuda por la diferencia de lo que le dio de hipoteca y el valor actual de la vivienda. El banco no quiebra por la ayuda del Estado, con los impuestos pagados por Manolo. El piso sale a subasta y el banco se lo adjudica por el 50% del valor de salida. Luego la vivienda es traspasada al llamado banco malo, con un descuento del 62%, para que este la venda por lo que le parezca y, mientras, Manolo sigue en la calle y en deuda con Bankifraude. Los directivos del banco se indemnizan a sí mismos y se adjudican pensiones millonarias con el beneplácito de las autoridades bancarias y el silencio de sus sustitutos, que se unen a otros bancos y cajas, todos de la zona naranjera, y para tapar agujeros y mayor escarnio, sacan a bolsa el enjambre bancario sin disimulo. Pues no lo entiendo, todos han ganado y el único que ha trabajado ha sido Manolo, que está arruinado y en la calle.

10-XI-12, José-Ulpiano Pérez Cervantes, cartasdeloslectores/lavanguardia