el Kurdistan sirià, clau en la recomposició de la regió

En uno de los ataques rebeldes a un puesto fronterizo con Turquía, en Bab el Haua, participaron yihadistas argelinos, marroquíes, saudíes, chechenos, más que los propios rebeldes sirios. Las intrigas políticas, las maquinaciones de innumerables servicios de inteligencia, la afluencia de armas, la financiación extranjera han convertido este conflicto en un inextricable nudo gordiano mundial.

Ankara cerró ayer los últimos tres pasos fronterizos que mantenía abiertos con Siria debido al recrudecimiento de la guerra en el país vecino.
Con esta medida quedan clausurados los trece puntos de paso oficiales que hay entre Turquía y Siria. Ankara, sin embargo, asegura que no los cierra a los civiles sirios que huyen de la guerra, que podrán seguir pasando a territorio turco.
Actualmente la cifra de refugiados sirios en Turquía asciende a más de 43.000. En la última semana tuvieron lugar duros combates por el control de estos pasos oficiales en la parte siria. Varios de ellos fueron tomados por miembros del Ejército Libre Sirio. Debido al abandono de otros por parte de las tropas leales al presidente Bashar el Asad, milicianos ligados a la organización armada Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) al parecer han tomado su puesto. Masud Barzani, el dirigente del Kurdistán iraquí, ha reconocido haber entrenado en su país a varios miles de sirios kurdos para crear ahora una zona autónoma kurda en el norte de Siria. De hecho, ayer el tema estrella en los medios de comunicación turcos no era el cierre de toda la frontera con Siria, sino el inicio de un embrión de nuevo estado kurdo en la zona limítrofe del norte de Siria. Ankara teme que surja otro foco de insurgencia kurda, puesto que ya desde la zona autónoma del norte de Iraq, conocido como el sur del Kurdistán, se organizan los ataques de los militantes del PKK en suelo turco.
Precisamente ayer, el alto mando del ejército turco hizo público que quince miembros del PKK habían perdido la vida en combates con las tropas turcas en Hakkari, provincia del sudeste limítrofe con Iraq. La guerra de baja intensidad con las milicias del PKK ya ha provocado más de 40.000 muertes desde el año 1984. / R. Ginés, lavanguardia, 26-VII-12

A juicio del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, el régimen sirio está cerca del fin. Pero eso también plantea problemas. La noche del miércoles, en una entrevista en televisión, Erdogan abogó por intervenir militarmente en el norte de Siria si “grupos terroristas” se establecen allí. “Nadie debe provocarnos”, avisó, puesto que Turquía tendría el “derecho natural” a atacar si se ve en peligro. Los medios turcos que recogían ayer esta amenaza la vinculaban con la llegada estos días de militantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) a las zonas fronterizas del norte de Siria con Turquía. Según el diario más cercano al Gobierno, el Yeni Safak, esta zona tampón abierta por los insurgentes kurdos se basa en una estrategia de creación de un “Estado de prueba” aliado con la zona autónoma kurda del norte de Iraq y destinado a echar un pulso al ejército turco. 27-VII-12, R. Ginés, lavanguardia