La Oficina de Inteligencia e Investigación de Estados Unidos (INR) es mucho más pequeña que la CIA o la NSA, y no tiene satélites ni espías. Pero supo ver, al contrario que otras agencias, que estallaría una revolución contra el sah en Irán, que Irak no tenía armas nucleares o que Ucrania resistiría la invasión rusa.
Pese a su número de empleados, unos quinientos, de los cuales trescientos son analistas, o su reducido presupuesto, apenas un 0,1% del gasto total de la comunidad de inteligencia de EE.UU, el INR tiene una tasa de aciertos a nivel relativo que le hace destacar sobre otras agencias como la CIA o la NSA.
¿Qué hay detrás de su éxito? Su reducido tamaño, la especialización de sus analistas y su capacidad de comprender qué es lo que ocurre en cada rincón del mundo.