França desmonta la Revolució i es renacionalitza
Le Pen quiere negar la nacionalidad automática a los hijos de extranjeros nacidos en Francia
Reagrupamiento Nacional plantea suprimir un derecho integrado en la identidad nacional
Una prioridad absoluta de la extrema derecha francesa es frenar el flujo migratorio. Ayer, en la presentación de su programa ante las elecciones del 30 de junio y el 7 de julio, Jordan Bardella, candidato a primer ministro del Reagrupamiento Nacional (RN), confirmó que uno de sus objetivos es suprimir el derecho de suelo, el ius soli , que supone dar casi automáticamente la nacionalidad a los hijos de extranjeros nacidos en Francia, y vetar para ciertos “puestos estratégicos”, por motivos de seguridad nacional, a los ciudadanos franceses que dispongan también de otro pasaporte.
Aupada por los sondeos, consciente de que la base de su fuerza está en la Francia rural y de las pequeñas ciudades, menos diversa y cosmopolita que en las grandes urbes, la extrema derecha (o nacional-populista, como prefieren calificarla algunos politólogos) quiere convencer en el fondo a sus votantes de que, con ella, Francia será un país más homogéneo y, en consecuencia, más tranquilo y feliz.
Macron dice que los programas radicales de Le Pen y Mélenchon llevarán “a la guerra civil”
Emmanuel Macron, por el contrario, alertó de que los dos extremos políticos llevan al desastre. En una entrevista de casi dos horas para el podcast Génération do it yourself, el presidente francés dijo que “referirse a la gente por su religión u origen”, como hace la extrema derecha, “divide y empuja a la guerra civil”. Pero añadió que en la política de “comunitarismo” (repliegue identitario de las comunidades de origen extranjero) de la izquierda radical “también hay la guerra civil detrás”.
El derecho de suelo es parte de la identidad nacional, como sucede en Estados Unidos, un potente símbolo de sociedad abierta e integradora. Eliminarlo no sería una mera modificación jurídica sino un punto y aparte profundo que cambiaría el ADN colectivo. La restricciones anunciadas a los ciudadanos binacionales van en la misma línea, aunque se maquillen, como hizo ayer Bardella, con el argumento del peligro de injerencias extranjeras. Puso como ejemplo lo absurdo que sería hoy que un franco-ruso ocupara un cargo en el Ministerio de Defensa. El mensaje, sin embargo, es que no estará bien visto tener doble nacionalidad porque se será sospechoso de deslealtad.
En el caso del derecho de suelo y de la “preferencia nacional” para recibir subsidios o servicios del Estado, los planes del RN pueden chocar inevitablemente con el Consejo Constitucional o con los jueces, un sector de los cuales ya anunciado que se resistirá al intento de socavar derechos. Por eso Bardella pretende llegar a un referéndum sobre la inmigración que modifique la Constitución y blinde los cambios ante instancias como el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo..
En el ámbito de la seguridad, el programa del Reagrupamiento Nacional incluye establecer el delito de residencia irregular, la expulsión sistemática de los delincuentes extranjeros, el internamiento de menores en centros educativos cerrados y la supresión de ayudas familiares cuando los hijos menores sean delincuentes reincidentes.
Las personas con doble pasaporte serán excluidas de ocupar “puestos estratégicos” por seguridad
Bardella compareció ante la prensa muy seguro de su victoria y reclamó la mayoría absoluta para tener las manos libres. En los folletos electorales aparece en el patio del palacio de Matignon, sede de la jefatura del gobiero, algo insólito. Pero las últimas encuestas le dan la razón porque su partido sigue subiendo y distanciándose de la coalición de izquierda y del bloque centrista de Macron.
Sobre las iniciativas económicas no hubo sorpresas. Se quiere volver a la jubilación a los 60 años –ahora es a los 64– para quienes hayan comenzado a trabajar antes de los 20, y progresivamente la intención es de recuperar la cota de 62 años que había antes de la controvertida reforma de las pensiones. Bardella ratificó su plan de bajar el IVA para la energía en un intento de mejorar el poder adquisitivo de las clases medias y bajas, otra prioridad estratégica, además de reducir la contribución francesa al presupuesto de la UE y de salir del sistema de precios de la electricidad.
El candidato a premier del RN actúa como si los macronistas ya no fueran rivales. Los ve derrotados, autodestruidos por el propio presidente y por el conato de desbandada de sus líderes. El adversario es el Nuevo Frente Popular, cuyos dirigentes no se ponen de acuerdo sobre quién sería el primer ministro en caso de victoria. La figura de Jean-Luc Mélenchon genera mucha oposición interna. Varios líderes lo vetan por completo. Para Bardella, “votar a LFI (La Francia Insumisa, el partido de Mélenchon) es votar al FMI (Fondo Monetario Internacional), dejando entrever que llevaría a Francia a la quiebra (“una Venezuela sin petróleo”, según él) y obligaría a un salvamento in extremis, con pérdida de soberanía incluida.
Otro punto del programa ultraderechista es el “ big bang de autoridad en la escuela”, con la propuesta de introducir el uniforme en los centros primarios y secundarios, la prohibición de tutear a los maestros y de llevar móviles al centro docente.
En política internacional, Bardella prometió respetar los compromisos de Francia, pero repitió la “línea roja” de no enviar tropas a Ucrania ni entregar misiles capaces de alcanzar las ciudades rusas.
Jordan Bardella confirma que volverá la jubilación a 60 años para quien comenzó a trabajar antes de los 20
La alta tensión preelectoral francesa y el ambiente de fin de reinado ha coincidido con una vuelta de los disturbios en el archipiélago de Nueva Caledonia, en Oceanía, muy inestable durante los últimos meses. En la noche del domingo al lunes hubo choques entre independentistas canacos y policías, así como la quema de vehículos y locales. La nueva protesta se debe al traslado a la Francia metropolitana de siete independentistas encarcelados por su responsabilidad en los graves disturbios de hace unas semanas, que obligaron a Macron a desplazarse con urgencia a las islas en una visita relámpago. Los separatistas exigen la repatriación inmediata de sus correligionarios. El futuro de Nueva Caledonia será un dossier caliente para el nuevo gobierno francés que surja de las urnas.