*Tras las huellas de los mapas*, Kevin R. Wittmann
Kevin R. Wittmann: el investigador canario publica el libro 'Tras las huellas de los mapas' (geoPlaneta) sobre cómo la humanidad ha representado el espacio físico que le rodea y eso ha determinado su forma de ver el mundo
¿Somos lo que cartografiamos? Esa pregunta inspira el original libro La huella de los mapas (geoPlaneta), del canario Kevin Rodríguez Wittmann, un historiador del arte que descubrió que su verdadera pasión era escrutar el mensaje cultural que yace detrás de las representaciones que los seres humanos realizamos sobre los lugares conocidos, ignotos o imaginados.
Según Wittmann, los mapas son definiciones de nuestra visión del mundo, una plasmación de la relación que cada cultura tiene con el espacio que le rodea ya sea a dibujando sobre papel, grabando sobre piedras o tejiendo cabelleras o canciones. Lo más sorprendente del libro del investigador canario es que no se contenta con trazar una historia de este arte sino que aporta claves para entender cómo fueron diseñados los mapas humorísticos, los inventados por periódicos ávidos de vender noticias, los literarios y los que son instrumentos de poder muy poderosos y peligrosos.
¿De joven eras de esos soñadores que se pasaban una hora mirando un mapa?
De chaval no, pero luego sí que miraba los atlas de las enciclopedias, los abría al azar y buscaba los países que pensaba que visitaría. Y hoy en día también me entretengo curioseando en Google Maps. Los mapas son una especie de invitación a soñar y a viajar incluso de una manera interior a lugares que de otra forma no visitaría.
¿Cómo surgió tu interés por la cartografía?
La verdad es que fue algo bastante tardío, de hecho, yo ya había acabado historia del arte y terminando el máster vi un mapa medieval que representaba las Islas Afortunadas y empecé a leer sobre ello y a comparar diferentes mapas, y empecé a documentarme y a replantearme diferentes situaciones, hasta el punto de reorganizar toda mi vida. Entendí el elemento cartográfico como un texto cultural y una definición de una determinada cultura o sociedad y acabé realizando mi tesis sobre la historia cartográfica. Me entró el gusanillo y así llevo trabajando con mapas a diario durante los 15 años de mi vida.
Un mapa es una especie de libro abierto, que siempre está ahí para para sorprenderte”
¿Qué ves en un mapa?
Te diría que puedo estar consultando un mismo mapa durante, semanas y cada vez que lo miro aprecio nuevos detalles, veo informaciones que había pasado por alto. Un mapa es una especie de libro abierto, que siempre está ahí para para sorprenderte. Un escritor dijo que era una forma de organizar el asombro. Me parece una buena definición.
¿Hay alguno en concreto que te marcara?
Varios, y también libros que me hubiera gustado escribir a mí porque cada persona tiene una forma de ver los mapas diferente. Pero sí podría citarte a un autor, Alastair Bonnet, que escribió Lugares sin mapa o Fuera de mapa, por ejemplo, y también debo citar todos esos libros y obras literarias que nos han marcado a todos y que tienen un componente cartográfico importante, como La isla del tesoro. ¿Quién no ha soñado con ellos de niño?
En tu libro te refieres a La isla del tesoro
Porque es una obra cuya existencia depende directamente de un mapa. En unas vacaciones en Escocia con un tiempo tan espantoso que no les dejaba salir fuera de la casa, el hijastro de Robert Louis Stevenson, para matar el tiempo, se puso a dibujar y en un momento dado pintó una isla, que vio Stevenson y empezaron a imaginar juntos. Como narra el escritor en sus memorias, mientras dibujaba iban brotando los personajes de La isla del tesoro. Siempre dijo que, si no hubiera sido por ese momento, no existiría su novela. Y ocurre en mucho más casos. El más conocido es el de El Señor de los Anillos. Tolkien explicó que una obra como esa solo podía haber surgido de un mapa.
Mapas con errores hechos a propósito, una tradición que se mantiene en Google Maps
Siempre ha sido una práctica habitual entre cartógrafos, lo de introducir algunos detalles falsos, como una callecita, una casa, una isla o un elemento que no existe como defensa de copyright. Es como si fuera una marca de agua, para evitar plagios porque si alguien pone en un mapa el detalle que inventaste, eso es una prueba de que se ha copiado. En caso de plagio, eso puede ser un argumento jurídico para demostrarlo. Y, claro, eso también nos invita a pensar que una representación que presuponemos absolutamente real y objetiva del mundo de forma neutra, nunca es exactamente así.
En Google Maps también hay detalles falsos para descubrir cualquier intento de copia, como siempre se ha hecho”
Hay un momento en que dices que los lugares de verdad no salen en los mapas.
Es una frase de Herman Melville, al autor de Moby Dick, en realidad es un recurso literario suyo, pero yo lo relaciono con la tradición de las songlines, las canciones aborígenes australianas, que desde hace milenios cartografían el territorio australiano. Cada comunidad aborigen describe lo que tiene alrededor con canciones, tiene una forma de cantarle al territorio y todas esas canciones unidas podrían formar el mapa de Australia.
“Los lugares existen en la medida en que los imaginamos”. Esa frase sí que es tuya
Sí, y lo relaciono con los mapas literarios. Llega un momento en que los mapas como los de la Tierra Media de Tolkien llegamos a creer que existen. Pero fuera del contexto literario hablo del océano, por ejemplo, de cómo se cartografió antes de que se conociera de primera mano. Muchas veces tendemos a imaginar todo aquello que no conocemos, pero esos lugares imaginarios existen en la medida en que los representamos, y eso ocurre a nivel histórico. Por ejemplo, a finales de la Edad Media se representaban las islas británicas o las Canarias compartiendo espacio con referencias míticas como la isla de Brasil o la isla de las siete ciudades, pero nadie decía que unas eran reales y otras imaginarias.
Los mapas también han sido instrumento de poder, dibujan la visión del ganador de la historia.
¡Claro! Sí, los mapas han perpetuado relaciones de poder a lo largo de la historia, y eso es muy evidente a partir del siglo XVI, cuando se desarrolla el imperialismo en las coronas de Castilla y Portugal. También en el siglo XIX, por ejemplo, cuando el territorio africano se reparte entre diferentes potencias coloniales europeas a través de mapas, creando fronteras casi con escuadra y cartabón. Las tensiones geopolíticas e incluso las guerras y los enfrentamientos bélicos modernos y del mundo actual provienen en parte de ese diseño cartográfico del mundo. Se crearon países por medio de un mapa, como Pakistán en 1948, trazándose fronteras para separar a musulmanes de hindúes. Lo vemos estos días en el conflicto entre Israel y Palestina, donde había que poner un nuevo estado en un mapa. Los mapas son peligrosos, son casi una arma de poder, una herramienta mucho más poderosa de lo que pueda parecer.
Hay una cosa que me ha fascinado y que desconocía: los mapas de trenzas
Esa es una historia real, una tradición oral de Palenque, el corregimiento a una hora de Cartagena de Indias, en Colombia, que tiene un patrimonio inmaterial bastante específico, basado en las danzas, en la música, en la gastronomía, y sobre todo en las trenzas palenqueras, que tiene un origen a principios del siglo XVII. Los esclavos eran llevados a las grandes haciendas azucareras americanas y las mujeres se reunían al caer la tarde en los patios y hacían trenzas a las niñas en las que representaban diferentes elementos de la hacienda o de la finca en la que en la que estaban, o sea, pequeñas montañitas, riachuelos, caminos, etcétera. Los esclavos entendían esos códigos, los observaban, los miraban, los memorizaban y lograban escapar de esa hacienda. Las mujeres tenían más libertad de movimiento para recorrer la hacienda y retener esa información para representarla en los cabellos de las de las niñas y ese es un elemento muy identitario de San Basilio de Palenque, que fue el primer pueblo libre de América fundado por esclavos y cimarrones.
¿En este mundo de Google queda algún mapa por trazar?
Sí, quedan muchos mapas por trazar porque siempre digo que hay tantos mapas como personas. Todos vemos el mundo y lo y lo entendemos de una forma particular y peculiar, diferente, y esa manera se puede cartografiar. Y luego quedan lugares cartografiados por visitar, que aparecen en los mapas pero no han sido visitados. Uno de los casos más paradigmáticos es la isla Sentinel del Norte, en las Andaman, cerca de la India, que está habitada por un pueblo que no acepta visitas y que se defiende de forma agresiva. Sale en los mapas, pero realmente no se sabe cómo es.
Quedan muchos mapas por trazar porque todos vemos el mundo y lo entendemos de una manera particular y diferente”
¿Y al revés?
También. Hay silencios en los mapas, esos lugares en blanco, siguen existiendo y han existido de forma voluntaria. Un caso interesante y también bastante grave fue que en el año 2011 Brasil solicitó a Google Maps eliminar las favelas o sea, eliminar las imágenes de las favelas en Google Maps, me imagino que para dar una determinada imagen del país con vistas al Mundial de fútbol de 2014. Así que durante años las favelas brasileñas no aparecían los mapas. Volvieron, creo, en 2016 a partir de un proyecto de algunas ONG. Y eso ya indica una cierta relación de poder, una cierta idea de querer mostrar una determinada imagen de un lugar.