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Eslovaquia

Un voto para lo mejor y lo peor

9 marzo 2012
Respekt Praga
El escándalo de corrupción sobre el caso“Gorila” ha dominado la campaña electoral eslovaca.

El escándalo de corrupción sobre el caso“Gorila” ha dominado la campaña electoral eslovaca.

Las elecciones generales anticipadas se suponían que eran sobre Europa y el lugar de Eslovaquia en ella. Pero una serie de revelaciones sobre corrupción política de alto nivel amenaza ahora a todo el sistema.

Cuando el Gobierno de derecha de Iveta Radičova cayó el pasado mes de octubre tras la disputa sobre la participación de Eslovaquia en el rescate financiero de los países endeudados de la eurozona, parecía que la cuestión de Europa cambiaría el tradicional mapa mental y político del país. Las elecciones anticipadas del 10 de marzo servirían para confirmar una nueva era en la que la orientación a favor de Europa constituiría un nexo más importante para mantener unida a la coalición que las diferencias convencionales ideológicas, y en el caso de Eslovaquia también culturales, entre la izquierda y la derecha.

Pero unos meses después todo ha cambiado. Se ha olvidado la cuestión de Europa y la vida en el país está dominada por los escándalos internos de corrupción, cuya magnitud sin precedentes está carcomiendo la esencia misma de la política. El informe ‘Gorila’ del SIS, el servicio secreto de Eslovaquia, sobre los vínculos de los políticos con las empresas, ha hecho que los votantes tradicionales de derecha se dirijan hacia nuevos partidos, que crecen como champiñones tras la lluvia. Pero, uno tras otro, estos partidos se han visto inmersos en sus propios escándalos y peleas, de los que salen tan perjudicados que cuesta reconocerles. El resultado preliminar de esta confusión son las previsiones de una alarmante baja participación (45 por ciento) y entre los votantes, cerca de un tercio aún no sabe a quién votará.

Pérdida de prestigio

 Como ejemplo, cabe mencionar el caso de varios partidos políticos recién llegados que, junto al informe Gorila, han dominado la escena política. SaS, un partido liberal, cuya postura antieuropea acabó con el partido de Radičova, destruyó su reputación que tanto trabajo le costó forjar de partido incorrupto y con principios por culpa de dos revelaciones: el ministro de Defensa Lubomir Galko ordenó al servicio de inteligencia militar que pinchara los teléfonos de periodistas y su jefe, Richard Sulik, dejó que un empresario de los ‘archivos de la Mafia’ del Estado eligiera sus propios candidatos del partido antes de la elección anterior. Tal y como se muestra en vídeos grabados en secreto y publicados de forma anónima, mientras era presidente del Parlamento, Sulik se reunió con el empresario Martin Kočner en la casa de éste y le reveló información de los pasillos del poder.

Otro candidato al Parlamento es Igor Matovič, con su partido Gente Corriente. Este joven populista se desvinculó del SaS y reunió a nombres conocidos, sobre todo de círculos intelectuales conservadores, en las listas de candidatos de su partido. Sin embargo, más tarde, en respuesta al informe Gorila, les invitó a que se sometieran a la prueba del detector de mentiras para demostrar que nunca habían ofrecido ni aceptado sobornos. Y entonces se negaron, se retiraron en masa de la lista de candidatos (Matovič sí se sometió al experimento) y calificaron a Matovič de loco y de mentiroso.

Otro nuevo partido es 99%, fundado el pasado octubre. Su lista de candidatos, aunque está repleta de nombres desconocidos, llevó a cabo una campaña masiva respaldada con el dinero de una empresa de armamento. Este proyecto obviamente empresarial, que explotó magistralmente las ideas y eslóganes del movimiento Occupy Wall Street, obtendría un cinco por ciento según las encuestas, lo que demuestra la confusión en la mente de muchos votantes eslovacos. Sin embargo, la policía, como parte de una investigación penal, ha comenzado a analizar las diez mil firmas obligatorias para solicitar el registro de un nuevo partido, y ha quedado claro que la mayoría de ellas son falsas. Los abogados constitucionalistas advierten de que las elecciones podrían declararse nulas.

Debido a estos y otros muchos escándalos que ocupan los medios de comunicación, los políticos están hechos un manojo de nervios, se niegan a responder a las preguntas de sondeo de los periodistas o simplemente se marchan de los estudios de televisión, tal y como hizo el nacionalista del SNS, Jan Slota, cuyo partido se ha derrumbado en las encuestas. Además, el sistema informático en la oficina de recaudación de impuestos se ha averiado y el presupuesto estatal se encuentra desde febrero en números rojos; se prevén grandes pérdidas, por no mencionar las dificultades que les esperan a todos los que presentaran una declaración de devolución de impuestos.

A la espera de Fico

 Entre los eslovacos aumenta la sensación de que el Estado no es capaz de desarrollar sus funciones básicas debido a los políticos corruptos, aunque puede que sea una percepción injusta. Claramente hay un partido que se está beneficiando de este estado de ánimo: el partido Smer de izquierda, dirigido por Robert Fico. Si los pequeños partidos políticos mencionados llegan al Parlamento engalanados con los escándalos, sembrarán el caos entre los debilitados partidos de la derecha. Por el contrario, si no llegan al Parlamento, los votos que se preveían para ellos irían para Fico. La probabilidad de que el partido Smer ganara por mayoría no es desdeñable y, si se dan ciertas condiciones, podría obtener la mayoría constitucional.

Por lo tanto, la principal cuestión en las elecciones es cuántos escaños logrará el Smer. Si gana por mayoría aplastante, comenzará una nueva era que significará el fracaso total de la clase política, que estaba representada por el presidente del partido de derecha SDKU y dos veces primer ministro, Mikulas Dzurinda. Su partido observa ahora con horror su propio desplome en las encuestas, pues registra un cinco por ciento y sólo puede esperar que los votantes frustrados aún le salven.

En una situación en la que las encuestas sólo reflejan de forma imprecisa el cambiante humor del electorado, no tiene sentido intentar prever los resultados de las elecciones. Sólo cabe esperar que cuando llegue la fecha de las elecciones, la sociedad eslovaca se desprenda de la sensación opresiva de caos y desesperanza de la que es presa y que un nuevo Gobierno vuelva a encargarse de las cuestiones importantes, como el futuro de Eslovaquia en Europa.

En la web

Análisis

Robert Fico, un político a la venta

"SMER: un partido para los esponsors y los electores", ironiza SME, que busca razones al "apoyo histórico" del que se benefician los socialdemócratas. Su líder populista, Robert Fico, primer ministro entre 2006 y 2010, es el favorito para dirigir el próximo Gobierno.

"No es la calidad la que podría explicar la gran distancia entre el SMER y las otras formaciones políticas", indica el diario de Bratislava, explicando que los conservadores del SDKU, hoy totalmente desacreditados por escándalos de corrupción, han dado una imagen concreta de clientelismo político, sobre todo bajo el Gobierno de Mikulas Dzurinda [2002-2006]. Pero son los socialdemócratas populistas del SMER los que con sus prácticas han legitimado este sistema.

"Resulta normal que los donantes reivindiquen los contratos públicos para recuperar el dinero que han invertido en el partido", proclamó un día Robert Fico, tras obtener el apoyo financiero de cinco empresas que contribuyeron financieramente a su partido. Sin embargo, ahora Fico no parece estar afectado por el escándalo "Gorila", del cual podría salir incluso ganando. ¿Cuál es por tanto su receta? SME estima que

en el arte de decir a los electores aquello que tienen ganas de oir, Robert Fico no tiene competencia en Eslovaquia [...] Sabe vender con brillantez sus esloganes sobre el Estado fuerte y protector para todo el mundo, sobre el Estado social que provee de 'seguridad'

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El gorila que destruye el sistema

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Manifestación en Bratislava el 27 de enero de 2012.

Manifestación en Bratislava el 27 de enero de 2012.

 

Un informe denominado Gorila, explosivo y misterioso, reúne las pruebas de la corrupción de la élite política y económica eslovaca. A dos meses de las elecciones legislativas anticipadas, ¿a quién benefician estas revelaciones?

El informe, bautizado con el nombre de código Gorila por un experto anónimo de los Servicios de Inteligencia Eslovacos (SIS), saca a la luz las relaciones que existieron entre el grupo financiero Penta y una serie de responsables políticos entre los años 2005 y 2006, bajo el Gobierno de derecha de Mikuláš Dzurinda.

Se creó a partir de las escuchas telefónicas realizadas en un apartamento, escenario de una conspiración, en el que el representante de Penta, Jaroslav Haščák, se reunió en varias ocasiones en especial con Jirko Malchárek, ministro de Economía de la época y Anna Bubeníková, exdirectora del Fondo de Patrimonio Nacional.

Todo el asunto se basa en la transcripción de estas grabaciones. En ellas se mencionan cantidades, millones de coronas, que deben pagarse a éste u otro responsable político o a un partido para la privatización de empresas, sobre todo en el ámbito de la energía y los transportes.

Un conflicto generacional

El documento Gorila es como una ventana abierta a las entrañas de la política eslovaca y con él se puede llegar a la conclusión de que únicamente constituye el medio con el que los hombres de negocio asignan tareas a los responsables políticos pagándoles a cambio una serie de recompensas. Es una inmersión al centro del “capitalismo mafioso” que todo el mundo conocía, pero del que pocos tenían una imagen concreta.

La autenticidad del informe, o al menos de parte del mismo, se ha corroborado con el creciente número de datos publicados, aunque Penta afirma que no se trata más que de un entramado de mentiras y exige, amenazando con presentar denuncias, que el informe se retire de todos los sitios de Internet donde se ha publicado.

Pero el 11 de enero, el Gobierno saliente de Iveta Radičová cesó a Bubeníková, con lo que admitía que se tomaba muy en serio el informe. La primera ministra encontró incluso una versión del informe en los archivos del Gobierno.

Si la policía logra descifrar el sistema de sobornos y de blanqueo de dinero que se creó, la escena política eslovaca se estremecerá de tal modo, que no se salvará ninguna piedra del edificio.

Es uno de los motivos evidentes por los que la investigación hasta ahora no ha arrojado ningún fruto, aunque la policía tuviera en sus manos el informe por primera vez en 2006, cuando las escuchas telefónicas eran recientes y luego tres años más tarde. Posteriormente lo eliminó. Pero la situación era entonces totalmente distinta, porque en aquella época, no se informó a la opinión pública sobre la existencia de este informe.

Con elecciones anticipadas a la vista

Hoy, la primera ministra Iveta Radičová ha exigido al presidente Ivan Gašparovič que los servicios de inteligencia levanten el secreto de este asunto, mientras que el ministro de Interior, Daniel Lipšič, insta a la opinión pública a que vigilen el entorno de los responsables políticos que quieran retrasar la investigación o esconderla bajo la alfombra.

El debate público sobre este escándalo ya ha agitado en gran medida el entorno político eslovaco. Y es muy probable que el asunto afecte a los resultados de las elecciones anticipadas [del 10 de marzo].

De todos los partidos, el que saldría más perjudicado sin duda sería el SDKÚ [de centro derecha], ya que los nombres de sus dirigentes Mikuláš Dzurinda e Ivan Mikloš aparecen en reiteradas ocasiones y en circunstancias poco favorecedoras.

Los demás partidos tratan de expresar en diversos grados su indignación y de convencer a la opinión de que esta vez se toman en serio la lucha contra la corrupción. En especial, dos nuevas formaciones políticas de derecha se benefician de este escándalo, puesto que sus dirigentes aún no habían entrado en política en 2006.

Se trata de Libertad y Solidaridad (SaS), dirigido por Richard Sulík, y el partido de La gente normal, que cuenta con pocos miembros y presenta en su lista a algunas celebridades de tendencias conservadoras.

El escándalo Gorila abre un conflicto generacional latente, con una generación joven, en su mayoría de derecha, que desde hace tiempo esperaba que llegara su turno. Se sospecha que el partido SaS se encuentra en el origen de la publicación en Internet del informe que durante años ha circulado en los medios empresariales y políticos.

Nadie sale airoso

Lo que hace que este asunto, que ya nadie controla, sea especial, es el hecho de que prácticamente ninguno de los implicados sale airoso del asunto. Ni siquiera los medios de comunicación, que hoy critican duramente a los responsables políticos puestos en tela de juicio. Se ha podido constatar que desde 2099 el informe circuló por las redacciones de algunos periódicos de orientación de derecha, sin que ninguno de ellos le prestara excesiva atención. Tom Nicholson, periodista eslovaco de origen canadiense, que había estudiado en detalle el informe, recorrió estas redacciones para convencerles de que publicaran lo que había descubierto. Pero fue en vano.

No obstante, cabe precisar que la situación de los medios de comunicación eslovacos no es sencilla. Con frecuencia, basándose en la denuncia de un responsable político o de un empresario, los tribunales de su país, al contrario que sus homólogos checos, les condenan a pagar elevadas multas por una inexactitud menor que figure en un artículo de investigación aunque, aparte de ese detalle, sea absolutamente irreprochable.

El informe Gorila es especialmente valioso por el carácter explosivo de esas relaciones que nos esbozan el retrato de todo un sistema corrupto. Sólo la voluntad política, que surgió tarde y en especial del SaS, dejó vía libre a los periodistas. Su prudencia inicial, o quizás su cobardía, encaja perfectamente en el contexto de la historia de un país dominado por un cártel de responsables políticos, empresarios y la institución judicial. Pero todo esto puede cambiar con la organización de un gran debate público.

El riesgo de una deriva autocrática

Aún es demasiado pronto para tener una idea del impacto del informe Gorila en las elecciones. Pero podemos decir que al menos una cosa sí es segura: el tema clave de la relación con Europa se ha omitido en la campaña electoral. Desde la caída del Gobierno de Iveta Radičová surgió una alianza de los partidos a favor de Europa y que se extendía por todo el espectro político (desde el partido de izquierda Smer de Robert Fico a algunos partidos tradicionales de derecha). Pero hoy, una nueva etiqueta designa esta alianza. Sulík la denomina la "coalición del gorila", con lo que quiere decir que se trata de una alianza de antiguas estructuras corruptas.

La nueva generación política de oposición está formada por partidos de derecha, en contra de Europa y con fuertes tendencias populistas. Los precedentes ocurridos en Polonia y en Hungría no son muy alentadores: en Polonia, “el asunto de Rywin”, un gran escándalo de corrupción que acabó con la élite política de entonces y permitió a los hermanos Kaczyński hacerse con el poder y, en Hungría, la publicación de la grabación de una declaración del primer ministro de izquierda de entonces, Ferenc Gyurcsány, en la que pronunciaba la frase "no hemos dejado de mentir" y que llevó al poder a Viktor Orbán. En ambos casos, la política anticorrupción de los nuevos dirigentes degeneró rápidamente en posturas autocráticas.

En la web

Manifestaciones

Contra Gorila, ¿la revolución de los plátanos?

Las calles de Bratislava esperan a unas 10.000 personas el próximo 4 de febrero, a pesar de la ola de frío siberiano, para protestar contra “el mundo político de Gorila” y “expresar el hastío que les genera la corrupta clase política”, escribe SME. Exigirán igualmente que las elecciones legislativas anticipadas previstas para marzo sean aplazadas hasta septiembre.

Una primera manifestación congregó a alrededor de 2.000 personas en la capital el 27 de enero. Pero “los manifestantes deambularon del casco antiguo al Parlamento donde, tras haber roto el cordón policial, lanzaron petardos, cáscaras de plátanos y huevos contra el edificio oficial, a pesar de que la ley sobre reuniones públicas no permite acercarse más de cincuenta metros del Parlamento”, relata el diario.

“Cuidado con los plátanos”, advierte el SME, que anuncia otras manifestaciones contra la corrupción extrema de los poderes ejecutivo y judicial, que se preparan en las ciudades de Presov, Kosice, Trencin, Zvolen, Zilina y Rosenberg.