Zamanillo, el Tercio de Montserrat y el sueño roto del carlismo
El Aplec de 1958 supuso el frustrado intento de unificar las diferentes corrientes del tradicionalismo y de rehacer el inconexo Movimiento Nacional en torno al espíritu del 18 de julio
Escultura del requeté malherido retirada a finales de enero de Montserrat
11/02/2022 lavanguardia
El contexto
Que el carlismo fue el gran perdedor de la única guerra que ganó es una evidencia que atestiguan las fuertes tensiones, contradicciones y divisiones que sufrió durante el franquismo y el papel política y socialmente irrelevante con el que superó la transición pese haber sido uno de los grandes actores de la historia contemporánea de España.
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Montserrat, donde se acaba de retirar la escultura de un requeté agonizante a instancias del Parlament de Catalunya, jugó un papel fundamental en el desarrollo del movimiento tradicionalista a lo largo del siglo XX, fruto de su arraigo en la sociedad catalana.
Allí se forjó tanto la unión del carlismo catalán y de diferentes movimientos cristianos con la causa sublevada en 1936 como donde, tras la guerra, con más firmeza se reivindicó el perfil propio de tradicionalismo, encuadrado por el nuevo régimen en el denominado Movimiento Nacional y Falange Española Tradicionalista. También donde se intentó reconducir una unidad y una cohesión que nunca llegó a fraguar tras un período de fuertes tensiones.
Aplec de Montserrat de 1968
Diversos enfrentamientos y agresiones entre sectores militares y falangistas por un lado y carlistas por el otro marcaron una acentuada división. Y después de numerosas detenciones de militantes carlistas, el frustrado atentado con granada contra el general carlista José Enrique Varela frente a la basílica de Nuestra Señora de Begoña en Bilbao en 1942 y el enfrentamiento a tiros en Pamplona entre tradicionalistas y la Policía Armada en 1945, el Aplec de Montserrat de 1947 se convirtió en un duro alegato contra el régimen y en una reivindicación de la reinstauración monárquica en la figura de Javier de Borbón-Parma. Era el regente al trono legitimista de España por designación de Alfonso Carlos de Borbón, que murió en 1936 sin descendencia tras haber dado su firme apoyo a la sublevación militar.
El régimen, en respuesta, prohibió los siguientes aplecs, aunque eso no amedrentó al carlismo. En 1950, don Javier juró los fueros vascos en el árbol de Gernika e hizo lo propio con los fueros catalanes en Montserrat un año después. En 1952 fue proclamado rey de España en Barcelona durante la celebración del Congreso Eucarístico. Una acción que le costó su expulsión de España.
La tensión entre el régimen y el carlismo más irredento llegó a su cénit en el Vía Crucis de Montejurra de 1957, considerado el mayor acto antifranquista de la dictadura. Allí, el hijo de don Javier, Carlos Hugo de Borbón Parma, realizó su primer discurso público como representante de una nueva generación del tradicionalismo en España.
Concentración carlista en Montserrat el 29 de enero de 2022
Comunión Tradicionalista
En este contexto, la reconciliación del carlismo con las estructuras del franquismo no se antojaba fácil. Y menos cuando Francisco Franco había llegado ya a reunirse con Juan de Borbón, hijo de Alfonso XIII y heredero al trono, para negociar su retorno a España, enterrando el duro Manifiesto de Lausana contra el régimen firmado por don Juan en 1945.
Fue entonces cuando figuras como José María Valiente, Ignacio Hernando de Larramendi, Juan Sáenz o José Luis Zamanillo, en el seno de la Secretaría General de la Comunión Tradicionalista creada por don Javier, trataron de explorar una nueva vía posibilista dentro del régimen. Zamanillo, jefe nacional de Requetés, aprovechó el Aplec de Montserrat de 1958 para llamar de nuevo a la unidad apelando al espíritu del 36. De hecho, era lo único que había unido a falangistas, carlistas y militares sublevados.
Esa es la proclama que Zamanillo lanzó ante la multitud congregada para celebrar el inicio de las obras de la ermita donde reposan los restos de los requetés del Tercio de Montserrat caídos en la contienda. Porque sus familiares y compañeros de armas rechazaron trasladarlos al Valle de los Caídos. Es el discurso de ofrecemos íntegro.
No fue, sin embargo, más que un último llamamiento a una unidad imposible tanto en el régimen como en el propio carlismo, dividido en facciones irreconciliables tras la irrupción como pretendiente al trono de Sixto de Borbón-Parma, hermano de don Javier y tío de Carlos Hugo. La ruptura quedó de manifiesto tras los sucesos de Montejurra de 1976. Sin el franquismo, el carlismo tampoco supo encontrar su espacio.
El discurso
“Un año más, queridos carlistas catalanes, que por providencia de Dios y especial favor de nuestra querida Moreneta estamos aquí reunidos de nuevo. Y aquí hemos venido, a llenar el alma de emociones santas; a afirmar nuestra fe inconmovible en la verdad de nuestra doctrina; a fortalecer la esperanza en los gloriosos destinos de España; a enardecer nuestro amor a la patria; a proclamar, en fin, desde estas alturas, a voz en grito, y a los cuatro vientos de la Península que el carlismo existe, que el requeté está vigilante, y que mientras esto suceda saben los buenos españoles que pueden vivir tranquilos y trabajar y rezar, porque hay unos auténticos y seguros defensores de los altares y de los hogares. Que esto, y no otra cosa, son los requetés y es el carlismo.
”Pero de todos los aplecs, sólo los aplecs de Montserrat han tenido una característica especial, según las circunstancias de cada momento, y el Aplec de este año, que tan magnífica y esplendorosamente estamos celebrando, según rezan los programas y las invitaciones, tiene esta característica especial: la de hoy hacer una afirmación rotunda de los principios fundamentales del Movimiento del 18 de julio.
”Porque es en estos momentos, cuando el 18 de julio tiene tantos enemigos, declarados o encubiertos, conscientes o inconscientes, es cuando más necesario es hacer esta afirmación rotunda para tener bien presente, delante de todas las inteligencias y de las memorias de los españoles, lo que fue el 18 de julio y lo que el 18 de julio tiene que ser en el porvenir de España.
En este Aplec hacemos una afirmación rotunda de los principios fundamentales del Movimiento del 18 de julio
”Porque el 18 de julio es un hecho histórico e inconmovible que avala la historia de España. Tratar de ignorarlo o defraudarlo es, además de un crimen de lesa patria, una imbecilidad política. Sea a favor o sea en contra, durante muchos años la historia política de España girará alrededor del Movimiento Nacional.
”Por eso nosotros, los que tenemos y tuvimos una gravísima responsabilidad en la iniciación del Alzamiento Nacional de 1936, tenemos que sentir sobre nuestras conciencias el peso de esta responsabilidad y evitar que el 18 de julio y el Alzamiento Nacional, con su millón de muertos, con sus insignes sacrificios y desastres orales y materiales en toda España, quede vacío y pase a la historia como una matanza mexicana o como un movimiento inocuo y sin consecuencias políticas fundamentales para el porvenir de la patria.
”En este mismo lugar está puesta la primera piedra que va a ser fundamento de la ermita que recoja los sagrados restos de los requetés del Tercio de Montserrat. Y esos requetés del Tercio de Montserrat, como todos los demás tercios de España, esos muertos nos están diciendo constantemente, nos están recordando su legado, que ellos murieron para algo, que no murieron para hacer páginas brillantes de la historia de España, ni para pronunciar párrafos elocuentes en tribunas y en mítines; murieron para salvar a España y para que los que por especial providencia de Dios fuimos supervivientes de la guerra sepamos cumplir con nuestro deber, sacando las consecuencias políticas de aquel sacrificio sublime y supremo de los que murieron.
Nosotros tuvimos una gravísima responsabilidad en la iniciación del Alzamiento Nacional de 1936
”Los principios fundamentales del 18 de julio, que unos llevarán en el corazón, incluso sin darse cuenta, y otros llevaban con toda claridad en su bandera y en sus programas completos, pueden resumirse con las tres unidades: la unidad religiosa, la unidad patria y la unidad política, que nosotros expresamos en nuestro trilema glorioso de Dios, Patria y Rey. Estos principios, que es preciso implantar y sacar las últimas consecuencias de ellos en la gobernación del país, estos principios son los que ahora tienen más enemigos.
”Porque los enemigos del 18 de julio han empezado a revolverse y a moverse y usan toda clase de armas: desde huelgas, bulos, calumnias e insidias, todo les parece lícito para combatir el Movimiento y para destrozar, si estuviera en su mano, las fuerzas auténticamente defensoras del Movimiento Nacional.
”Por eso nosotros, en estos momentos, bien está, magnífico es, recordar el pasado; el pasado es el fundamento del presente y el pasado alienta nuestras almas y nuestros corazones; pero es más importante hoy día, más que mirar el pasado, pensar en el futuro, porque la patria no puede detenerse en un presente ni en un pasado, por muy glorioso que sea, porque la tradición es vida continua, es cauce, es agua que corre sin parar. Y ese agua que corre o se encauza debidamente por los principios fundamentales o se desborda y produce todos los desastres que de un siglo a esta parte está padeciendo España.
Los principios fundamentales del Movimiento nosotros los expresamos en nuestro trilema glorioso de Dios, Patria y Rey
”Y ése es nuestro papel y ésa es nuestra responsabilidad y eso es lo que yo quisiera que quedara aquí, de este Aplec magnífico de 1958; pensar la responsabilidad que tenemos; pensar en el porvenir de España próximo, inmediato, que está en nuestras manos y pensar que si nosotros no salvamos al 18 de julio, que si nosotros no damos el paso que sea necesario dar, el paso de actuar la comunión de una manera política y positiva, a las órdenes del Rey don Javier, con el programa íntegro sin enfundar la bandera en ningún momento, entonces el 18 de julio será frustrado y los muertos y los mártires nuestros tendrán derecho a increparnos desde el sepulcro, para decir que ellos lo dieron todo, porque no se puede hacer más que dar la vida por una idea; pero que nosotros no hemos sabido cumplir con nuestro deber y que no hemos sabido sacar las consecuencias de aquel martirio y aquel fruto de nuestros muertos.
”Hay una coincidencia en la fecha de hoy realmente elocuente. Estamos reunidos en estos momentos hoy, día 13 de abril. Esta fecha tiene un alto significado. Hoy hace 27 años en que el representante de la dinastía liberal abandonaba España, para evitar que corriera sangre española, porque, señores, no podemos olvidar que si ha habido un 18 de julio es porque ha habido antes un 14 de abril.
”Y aquel viaje y aquella huida del monarca liberal, que se ausentaba de España tal día como hoy, para evitar que corriera sangre española, produjo el millón de muertos de la guerra del año 36. Nosotros, por eso, sentimos –y aquí estáis vosotros expresándolo con vuestros vivas y con vuestras aclamaciones– como punto fundamental de la solución del problema político y futuro español, la implantación de la Monarquía legítima, tradicional.
Aquella huida del monarca liberal, que se ausentaba de España para evitar que corriera sangre, produjo un millón de muertos
”Y esa Monarquía legítima, tradicional, no puede ser otra más que la carlista, ni puede estar representada y personificada por nadie más que por el Rey don Javier o por su hijo, el Príncipe Carlos. Porque a estas alturas es muy cómodo llamarse tradicionalista. A estas alturas, es muy cómodo ponerse la boina roja, en unas personas que no la llevan en el corazón, que es lo principal. A estas alturas, llamarse carlista y ponerse una boina roja, en algunas figuras puede aparecer y aparece y es de hecho una solemne hipocresía.
”No se trata ahora de preparar nuevas guerras. Nadie quiere la guerra; pero menos que nadie, los que lucharon en las trincheras o sufrieron en cárceles y checas. Nadie quiere la guerra, de lo que se trata ahora es de ganar batallas políticas, y para estas batallas políticas tenemos que prepararnos y tenemos que hacer un llamamiento a todos los españoles de buena voluntad. De una manera especial, yo quisiera que recogieran estas palabras mías las nuevas generaciones, las juventudes católicas que sienten de una manera viva los problemas, a pesar de esa forma que tienen las nuevas generaciones de indiferentes, de deportistas, de materialistas. Yo sé que esto no es cierto. Yo sé que la juventud hoy siente una inquietud que no siempre le está debidamente dirigida y gobernada; pero lo que es imprescindible y lo que es necesario es que exista la inquietud, porque la inquietud es vida y la indiferencia es muerte.
”Estas nuevas generaciones quieren vivir en paz; pero que no olviden -y lo tenga todo el mundo bien presente- que la única manera de vivir en paz es no olvidar la guerra y, sobre todo, no olvidar las causas que fue e hicieron necesaria la guerra.
La solución del problema político y futuro español es la implantación de la Monarquía legítima, tradicional
”Esto es lo que es preciso predicar por todas partes. Hay un ambiente por ahí, en círculos universitarios, de juventud, en donde se habla mucho de la generación fraterna. Ese eslogan de un pensador, de un político rojo, que dice que ‘es preciso que la generación fratricida del año 36 dé paso a la generación fraterna’; pero eso, eso que todos queremos, porque no hay nadie tan insensato que quiera vivir en continua y permanente guerra civil, eso tiene un peligro gravísimo para engañar a gentes incautas, porque es la manera de meterse en el campo nacional los vencidos en la guerra, que no serían admitidos de ninguna manera, si se presentaran con una bandera de lucha y de revancha contra la victoria del año 39.
”Hay que estar muy alerta. Hay que estar muy cuidadosos, muy vigilantes para que el enemigo, que es listo y que sabe lo que tiene y a dónde va, no se introduzca con falsos eslóganes, ni con palabras y frases que pueden atraer a corazones incautos.
”Es preciso que todas estas generaciones nuevas, que no vivieron el año 36, pero que han disfrutado de los sacrificios de los que hicieron la guerra del año 36, no se dejen engañar y es preciso que vengan a formar en las filas vivas, en las filas auténticas. Ellas que tienen tanta autenticidad y tanta verdad y nada de retóricas ni frases huecas.
La unidad sólo se puede conseguir mediante el reconocimiento de una autoridad, la del Rey legítimo, don Javier
”Que vengan a nutrir las filas de la tradición española, en donde está la auténtica verdad, la verdad de unos principios probados en la historia de España; la verdad de unas conductas sinceras; la verdad de unos sacrificios claros y evidentes. Y la verdad, en fin, de esta explosión de multitudes, de esta explosión de boinas rojas, que lo mismo aquí que en Montejurra, que en Begoña, que en todas partes, se ponen de manifiesto, ante la faz asombrada de muchos españoles que no nos conocen ni saben la fuerza que hoy día tiene el carlismo y los requetés.
”Pero para llevar a cabo cualquier labor verdaderamente eficaz es preciso una condición. Si el instrumento de esta labor ha de ser la Comunión Tradicionalista, es preciso, absolutamente preciso, fortalecer este instrumento. Cuanto más vivo, cuanto más fuerte sea el instrumento, mejor será y más eficaz será la acción que con él se lleve a cabo.
”Y la fortaleza de la Comunión Tradicionalista tiene que basarse en un principio fundamental a toda sociedad organizada, y este principio es la unidad. Y la unidad sólo se puede conseguir mediante el reconocimiento de una autoridad, que es el principio de unidad de toda colectividad. Y esa autoridad, que para nosotros no es otra que la del Rey legítimo, don Javier, ésa es la que vosotros, con vuestros vivas y con vuestros aplausos estáis aclamando aquí.”