*Escribo esto desde un búnker, junto al presidente Zelenski. Y les pedimos ayuda para Ucrania*, Andriy Yermak
Es el jefe de la oficina presidencial de Ucrania.
KIEV, Ucrania — Al lanzar una guerra contra nuestro país, el presidente Vladimir Putin dijo que Rusia “desnazificaría” y liberaría a Ucrania. Pero Ucrania, una nación que perdió hasta ocho millones de vidas en la Segunda Guerra Mundial, un país que tiene un presidente judío, no necesita ser salvada del camino libre que ha elegido.
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Europa no había sido testigo de una violencia y descarada ambición territorial a esta escala.
Escribo este llamado desde un búnker en la capital, con el presidente Volodímir Zelenski a mi lado. Durante una semana, las bombas rusas han caído sobre nosotros. A pesar del incesante ataque de fuego ruso, nos mantenemos firmes y unidos en nuestra determinación de derrotar a los invasores. Lucharemos hasta el último aliento para proteger a nuestro país.
Pero no se equivoquen: otros autócratas están observando y tomando nota. Pueden crear una coalición de mala voluntad: solo hay que ver cómo Bielorrusia, que alguna vez fue pacífica, ahora es el campamento de tropas rusas.
Presten atención a lo que dice Putin. Durante años, Occidente oyó a Putin pero no lo escuchó; hasta ahora está contemplando al desafío existencial que plantea al orden mundial. Ucrania nunca ha subestimado sus intenciones, no desde que la agresión rusa contra nuestro país comenzó en serio en 2014, ni su voluntad de lograr la dominación por cualquier medio.
Esto es así porque sabemos que esta guerra no se trata solo de Ucrania. El Kremlin quiere crear un nuevo Imperio ruso.
Nosotros, los ucranianos, hemos demostrado que somos capaces de resistir con eficacia a la fuerza invasora solos. Hemos utilizado las armas que Occidente nos ha dado. Estamos agradecidos con nuestros amigos estadounidenses y europeos, a las democracias de todo el mundo, incluidas Australia y Japón, por sus decisiones rápidas para ayudarnos, por sus sanciones contra la economía rusa, por los armamentos y equipos para disuadir al agresor.
Pero no es suficiente. Necesitamos más y, por favor, dejen de decirnos que la ayuda militar está en camino. Nada menos que nuestra libertad, y la suya, está en juego.
En la llamada del presidente Zelenski con el presidente Biden el martes, pidió una vez más mayor asistencia humanitaria, militar y de seguridad.
Desde 2014, la asistencia crucial de Occidente en seguridad ayudó a transformar un ejército ucraniano que ahora es capaz de hacer una defensa y causar bajas a gran escala contra los invasores rusos. Ucrania no está pidiendo a sus aliados que manden soldados al campo de batalla. Pero necesitamos que Occidente nos respalde para seguir defendiendo a nuestras familias y nuestra tierra. Necesitamos mostrarle a Rusia, en términos que duelan, el error que ha cometido.
Los rusos subestimaron nuestra determinación y los hemos detenido por ahora. Pero mientras hablamos, un convoy de más de 60 kilómetros de tropas y equipos rusos se acerca a Kiev.
Necesitamos armas antitanques y antiaéreas y otras municiones para entregarle ahora mismo a nuestros soldados valientes.
Hacemos un llamado a Occidente para que imponga una zona de exclusión aérea sobre Ucrania. Sabemos que esto sería una escalada seria en la guerra y que podría conducir a la OTAN a entrar en conflicto directo con Rusia. Pero creemos con firmeza que Rusia no se detendrá solo en Ucrania, lo que de todos modos potencialmente arrastraría a la OTAN a esta crisis. Una zona de exclusión aérea al menos obligaría a Putin a hacer una pausa.
También le pedimos a Occidente que aumente los costos no militares a Rusia. Celebramos las medidas que han coordinado hasta el momento, pero necesitamos más. Todos los bancos rusos —no solo unos pocos elegidos— deben ser aislados del sistema bancario SWIFT, y todos los oligarcas rusos deben ser sancionados. También estamos pidiendo un embargo total sobre el petróleo ruso y todas las exportaciones rusas a Estados Unidos y Europa. Estas medidas tendrían un costo para la economía mundial, pero no hacerlo es mucho peor.
La comunidad internacional debería considerar expulsar a Rusia de las Naciones Unidas o, al menos, excluirla del Consejo de Seguridad, donde tiene derecho a veto.
Rusia está librando una guerra contra Ucrania para destruir su democracia, su alianza con Occidente y el espíritu del pueblo ucraniano. No contento con oprimir a la mayoría de la oposición política y asfixiar formas de expresión cívica dentro de Rusia, la camarilla ex-KGB que ahora dirige el país está usando su posición para promover una ideología revisionista, una que anhela reafirmar el control de Moscú sobre los países de la antigua Unión Soviética y desacreditar al mundo democrático por no mantenerse unido y actuar. Una vez más, no se equivoquen: Putin tiene como objetivo promover esta ideología derramando sangre más allá de Ucrania. Debe ser detenido.
El bombardeo en Ucrania no cesa y ha empeorado aquí, en Kiev, en donde hay mujeres, niños y otras personas no combatientes que se refugian en búnkeres y estaciones de metro mientras las fuerzas invasoras de Rusia atacan de manera indiscriminada edificios residenciales y civiles. Un edificio alto de apartamentos fue impactado y al menos un hospital ha resultado dañado. Han disparado cohetes contra el centro de la segunda ciudad más grande de Ucrania, Járkov, y han atacado la planta de energía de Chernóbil.
Esta es la manera de Moscú de hacer guerra. Las fuerzas de Putin continuarán aterrorizando al país para incitar la rendición. Si no tienen éxito, lo quemarán todo. O rendición o desaparición; no se permite una tercera opción.
Sin embargo, su invasión no está siguiendo el plan trazado por Rusia. Todos los días, los ucranianos se enfrentan a soldados rusos y bloquean tanques con sus cuerpos. Las fuerzas rusas están experimentando una feroz resistencia tanto de las Fuerzas Armadas de Ucrania como de los ciudadanos ucranianos que lanzan cócteles Molotov caseros, que el gobierno ucraniano los anima a hacer. Los ucranianos están defendiendo sus calles, sus comunidades, su país y su identidad. Al mismo tiempo, los soldados rusos se están rindiendo en masa o saboteando sus propios vehículos para evitar enfrentamientos, según el Pentágono. Ellos deben saber que esta guerra es injusta.
Les rogamos a nuestros aliados y socios occidentales que hagan que los costos sean insoportables para Rusia.
El artículo 4 del Memorándum de Budapest de 1994 sobre las garantías de seguridad garantizaba que Estados Unidos, Gran Bretaña y Rusia solicitarían una acción “inmediata” del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas “para brindar asistencia” si Ucrania “se convierte en víctima de un acto de agresión u objeto de una amenaza de agresión en la que se utilicen armas nucleares”. El hecho de que el agresor, Rusia, vete la acción del Consejo de Seguridad de la ONU no anula las otras partes de las promesas que se le hicieron a Ucrania.
Aunque Zelenski y yo no podemos estar físicamente junto a todos los valientes ucranianos que luchan por este país, nuestro espíritu está con ellos.
Cada día es una nueva posibilidad de que nuestras palabras sean las últimas que pronunciemos. Así que queremos que estas sean una súplica de apoyo para una Ucrania libre.
En los últimos días hemos podido resistir combates intensos a pesar de la brutalidad despiadada de los agresores rusos, y continuaremos luchando, incluso si Rusia se convierte en una fuerza de ocupación en Ucrania. Estamos unidos en torno a la bandera ucraniana, el símbolo de nuestra identidad, nuestra determinación y nuestra voluntad, pero el futuro y la supervivencia de nuestro Estado dependen en gran medida de Occidente.
Esta guerra podría ser el prólogo de una masacre europea, o incluso mundial, mayor. Como el presidente Zelenski escribió en Twitter después de un ataque cerca del monumento sagrado de Ucrania en memoria de los judíos masacrados en la Segunda Guerra Mundial: “¿de qué sirve decir ‘nunca más’ durante 80 años, si el mundo permanece en silencio?”.
Estar con nosotros hoy y ayudarnos es la única forma de lograr la paz para todos y garantizar que la historia no se repita, para que nuestro futuro no replique el momento más oscuro de Europa.
Andriy Yermak (@AndriyYermak) es el jefe de la oficina presidencial de Ucrania.